Urbótica es un término relativamente nuevo que empezó a
utilizarse hace tan solo un par de años cuando las palabras domótica e inmótica
comenzaron a quedarse cortas en su definición ante las nuevas soluciones
tecnológicas que se estaban planteando para las ciudades en términos de
automatización.
El término urbótica proviene de las palabras urbs, que
significa ciudad en latín, y tica de automática, palabra que en griego
significa que funciona por si sola.
Con base en lo anterior, urbótica se puede definir como el
conjunto de servicios e instalaciones públicas que se encuentran automatizados
en una ciudad con el fin de mejorar la gestión energética, la seguridad, el
bienestar o confort, las comunicaciones de todos los usuarios de estos
servicios públicos y la calidad de vida de los ciudadanos, en pocas palabras,
se podría definir como la integración de la tecnología en el diseño inteligente
de una ciudad.
La urbótica cumple un papel fundamental en las Smart Cities
(ciudades inteligentes), debido a que se encarga de captar información del
medio a través de cámaras y sensores, luego procesa y analiza esa información
para tomar decisiones y posteriormente ejecuta las acciones correspondientes,
optimizando recursos y aumentando la eficiencia.
El campo de acción de la urbótica es bastante amplio y esto
se debe a que la composición tan compleja que tienen las ciudades de hoy
convierte a cada componente de ciudad en prospecto de ser automatizado o
intervenido por la urbótica con miras a llegar a transformar la ciudad en una
Smart City.
En la actualidad, los principales campos de acción de la
urbótica son:
» Movilidad urbana.
» Eficiencia energética.
» Gestión de infraestructuras públicas y equipamiento
urbano.
» Seguridad pública.
Es muy importante dejar claro que la función de la urbótica
va más allá de la automatización de servicios e instalaciones públicas, pues es
fundamental que todos estos sistemas estén integrados, es decir, que todos
hablen el mismo idioma, que manejen el mismo protocolo de comunicación, para
que puedan intercambiar información y de esta manera permitir, por ejemplo, que
la información que capta una cámara del sistema de seguridad pueda ser utilizada
por el sistema de gestión de tráfico o por el sistema de gestión de iluminación
pública para realizar alguna acción específica.
En este mismo sentido, en una Smart City también se deben
integrar la domótica y la inmótica a la urbótica para intercambiar información
con los sistemas del consumidor final (viviendas y edificios) que al fin y al
cabo es el actor principal de una ciudad.
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